Mi obra explora la traducción entre lo digital y lo analógico, me interesa detenerme en cómo esos dos mundos encuentran un equilibrio en su tensión. A través de la pintura, la instalación y el 3D, investigo cómo estos lenguajes pueden convivir y generar nuevas formas de expresión. Esta traducción me permite ir y volver, partiendo de lo analógico para llevarlo al mundo digital y regresar, sin destino fijo, sosteniendo una retroalimentación constante. Me interesa encontrar los lugares donde las fronteras entre ambos se desdibujan, y lo digital se vuelve tangible mientras lo analógico adopta características propias de lo virtual, generando un nuevo vínculo de coexistencia, donde cada elemento conserva su identidad mientras se sostienen mutuamente.
El fragmento/detenimiento y la repetición son claves en mis trabajos, destruyendo en unidades que permiten ser reconfiguradas, como un video que se lo divide en grupos de frames para construir desde allí un nuevo video, o una pintura que parece extenderse más allá del marco, desbordando su propio límite. Este proceso de ensamblaje, siempre cambiante, me obliga a acentuar la incertidumbre y su incomodidad, y el riesgo y su atracción de crear en el espacio intermedio entre lo físico y lo digital. Mis piezas son el resultado de esa fricción, donde las contradicciones se convierten en el motor creativo para cuestionar las divisiones tradicionales entre materia y tecnología.
Mis piezas revelan la búsqueda de un equilibrio inestable, donde la tecnología no reemplaza a la materia, sino que su coexistencia las enriquece mutuamente. De esta manera, busco cuestionar las dinámicas de interacción y transformación en un mundo donde lo tangible y lo virtual, lo fijo y lo fluido están en diálogo continuo.
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